Eternal sunshine of the not-ideas mind.

Hace días que estoy tratando de escribir algo. Hace días que lo único que escribo son patrañas, pedazos de textos que se caen como marcas de una lepra literaria . Junto páginas y páginas de una nada total y abyecta, un momento me detengo y creo encontrar una pista: estos textos se caen por su sobredosis de significado.

Ya no sé si las palabras son el lastre psíquico de lo que quiero decir, o recíprocamente seré yo quien no les abre la puerta para ir a jugar, al mero disfrute del audio, a una mezcla que metralle mi cabeza cataratas de frases . Esas frases que siempre me gustaron y que nunca pude escribir.

Hace días que está atardeciendo, y yo en mi eterno resplandor de una mente sin recursos. Puede que suene infantil, pero cómo quisiera llegar otra vez al Big-Bang de las palabras, al himen escrito de la fantasía de narrar, mezclar el fin con el principio. Disfrutar de los tiburones asesinos antes que de la prosa domesticada. Quisiera volver y exprimir ese momento de frecuencia invisible que termine de acordonarnos a los tres, locutor, texto y oyente en algo así como una película porno en repeat. Una porno donde el verbo carne se conjugue en lo que va de los oídos a los ojos, en el sonido, en el aire, en las hojas que se van.

Hace días que estoy tratando de dibujar algo. Pero sobre eso no voy a divagar, mejor cito al bueno de Banksy: "Todos los artistas están dispuestos a sufrir por su arte, pero ¿por qué tan pocos están dispuestos a aprender a dibujar?".

Os dejo recomendaciones musicales, las dos están simplemente wenas, así que quien se anime solo descargue, si no le gusta le devolvemos su dinero.